En invierno hay que extremar las precauciones pues nuestras defensas están más bajas y somos más vulnerables.
Evitar el viento y la humedad ya que pueden afectar a nuestra salud auditiva. Los oídos son muy sensibles a la llegada del frío.
Los cambios de temperatura bruscos pueden causar otitis, catarros e infecciones perjudiciales para nuestros oídos.
Proteger los oídos de las bajas temperaturas usando gorros y orejeras.
No usar bastoncillos para secar o limpiar el conducto auditivo, pues introducimos cera e incluso fibras algodonosas del propio bastoncillo hacia el interior, facilitando la formación de tapones.
Mantener una buena higiene utilizando difusores de agua marina.
En caso de haber pasado una otitis o infección en los oídos, es conveniente realizar una revisión auditiva para comprobar que no haya afectado a la audición.
